El primer objetivo de la AquaIA es lograr disminuir el uso del agua en el riego de policultivos hortícolas, por lo que su primer impacto positivo es medioambiental. En este sentido, cabe destacar que la innovación que se plantea va dirigida no al manejo óptimo de los recursos hídricos en situaciones de normalidad hidrológica, sino en situaciones de restricciones y dotaciones deficitarias.
Asimismo, es de reseñar que la solución tecnológica propuesta estará pensada para la producción ecológica, que optimiza el empleo de abonos y productos fitosanitarios, algo que también refuerza la dimensión ambiental del proyecto.
Por último, uno de los grandes problemas en el uso de los sensores es la monitorización de grandes superficies. El coste económico y el incremento en los posibles residuos hace poco viable la adquisición de un número elevado de cualquier tipo de sensor. El uso de sensores virtuales permite estimar en zonas no monitorizadas el manejo adecuado por lo que el impacto ambiental sería mínimo.
El regadío andaluz presenta un nivel de modernización que está a la vanguardia mundial. El 80% de la superficie regable utiliza los sistemas más eficientes de riego. Junto a este esfuerzo de modernización y eficiencia hídrica, muchas comunidades de regantes están apostando además por el autoconsumo a través de la producción de energías limpias.
La transformación digital, a través de la creación de soluciones tecnológicas para ahorrar agua y también para otros objetivos, es el siguiente hito en esta línea de avance y progreso por convertirse no solo en una de las agriculturas más sostenibles del mundo, sino también más competitivas.
Aunque inicialmente pueda suponer un coste adicional en sensores o en el uso de un servicio nuevo, el impacto económico esperado es positivo, por el ahorro en agua y en costes eléctricos. La innovación además permite tener una herramienta para plantear estrategias a nivel de finca en condiciones limitantes de suministro hídrico. Las restricciones de agua son, posiblemente, la mayor amenaza para el regadío. La falta de riego obliga a disminuciones de superficie de cultivo, lo que da lugar a menos ingresos, o al cultivo de otras especies de menor valor económico.
Por otra parte, la inversión inicial en sensores y equipos es lo que más retrasa la adopción de estas herramientas. La innovación propuesta pretende el desarrollo de sensores virtuales que permitan extrapolar decisiones de riego sin necesidad de tener terrenos monitorizados o disminuyendo drásticamente el número de dispositivos necesarios a instalar. Esto supondría una disminución significativa del coste que supondría el uso de la innovación.
Las zonas rurales dependen en gran medida de la actividad agrícola. La innovación propuesta tiene la capacidad de actuar en esta doble vertiente. Por un lado, contribuye a una mejora de esta actividad agrícola permitiendo que empresas que se dedican a la producción de hortícolas, con alto valor añadido, puedan continuar y mejorar sus condiciones. Pero por otro lado, también fomenta la digitalización de una actividad que es clave para estas zonas. Esta digitalización podría traer consigo la aparición de pequeñas empresas de servicio de mantenimiento.
La tecnología es una herramienta de igualdad. La inclusión de éste tipo de herramientas podría fomentar el acceso de gente más joven, más preparada y, sobre todo, abrir la puerta a una mayor participación de la mujer.